El KK Olimpija Ljubljana era el mayor expositor de talentos eslovenos y alrededores de los últimos años: Milic, Zdovc, Jasikevicius, Udrih, Nachbar... Digo era, porque desde la temporada 2019-20 el club pasó a llamarse Cedevita Olimpija, tras fusionarse con el Cedevita croata, un movimiento inusual en el baloncesto puesto que ambos clubs están distanciados geográficamente. Así que estáis ante la última camiseta que vistió el club de Ljubljana como KK Olimpija, vestida en la temporada 2018-19 como visitantes en la FIBA Champions. La fusión con Cedevita implicaba también la llegada de Adidas a la equipación verde, sustituiría a Peak, que en mi opinión diseñó una camiseta preciosa en su último año. No deja de ser un diseño que no hayan utilizado, pero mucho más vistoso al combinar el negro con el tradicional verde, símbolo del país y la ciudad, al igual que el dragón, otra de las imágenes más típicas de Ljubljana y que tiene numerosos mitos relacionados.
Luka Samanic es uno de los últimos talentos salidos de la escuela balcánica, hasta hace poco estaba considerado como el mejor prospect de la generación de 2016. Sin embargo, hasta el momento no ha conseguido explotar, debido quizás a la poca suerte que ha tenido en su corto periplo profesional. Formado en otra gran cantera como la del KK Zagreb, pronto fichó por el Barça para su equipo junior con la intención de compaginarlo con el equipo de LEB Oro, pero tras dos años en el Palau, el jugador decidió hacer las maletas hacia Ljubljana no muy contento con su evolución aquí. Con el Olimpija mejoró sus prestaciones y pudo por fin debutar al máximo nivel, y aunque sus estadísticas no eran ni mucho menos destacadas, se declaró elegible en el draft y terminó fichando por San Antonio. En Tejas todavía no ha logrado afianzarse en la rotación, aunque va dejando destellos de calidad en su afiliado G-League, esperando convertirse en el último robo europeo de Popovich.
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