No son las camisetas de selección fuente de gran inspiración para hacer novedosos diseños, suelen ser sobrias y representativas de los emblemas del país. Dinamarca por descontado no se salva del tópico, una federación pequeña pero que a la vez está haciendo crecer su masa social progresivamente y poco a poco va produciendo jugadores de élite. La prenda como decía, se nutre de los colores típicos de Dinamarca y que se pueden encontrar en la Dannebrog, la bandera danesa, la más antigua del mundo y en la que están inspiradas el resto de banderas nórdicas, representada por un paño rojo con la cruz escandinava superpuesta. Además, es exclusiva, puesto que Lundberg solo la usó para tres jornadas de los clasificatorios previos a las ventanas del Eurobasket, es decir, tan solo estuvo en circulación durante seis partidos, la pena es que uno de ellos no fuera el buzzerbeater que los clasificó en el último segundo para la siguiente ronda del torneo.
Gabriel Iffe Lundberg es uno de los mejores talentos, si no el mejor, surgido de Dinamarca en los últimos años, cierto es que el país nórdico no suele prodigarse mucho, y que ha ido generando jugadores a cuentagotas. Comenzó a despuntar bien joven en la liga nacional con el equipo de la capital, después de dos años pasó al Horsens IC donde se convirtió en uno de los puntales del equipo, eso captó la atención de un Manresa acostumbrado a pescar en ligas menores. El Manresa por entonces andaba en LEB tratando de volver a la máxima categoría, y lo logró en el primer año de Gabriel en el club. En el segundo se estableció totalmente, pasó de los 10 puntos de promedio y demostró ser un jugador espectacular, haciendo valer su físico y la explosividad que lo convierten en un combo guard díficil de parar, al que tan solo hace falta añadir rango de tiro. Ahora se encuentra en Tenerife, otro peldaño más en su carrera, donde ya ha logrado la Intercontinental.
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