martes, 12 de enero de 2021

Casademont Zaragoza - Jason Thompson


No es el Zaragoza uno de los equipos con más movimiento en cuanto a diseño de equipaciones, pero el año pasado dieron un golpe sobre la mesa con este camisetón, uno de las mejores, si no la mejor, de toda la ACB. Esta era la tarjeta de presentación de Casademont, compañía que pertenece al grupo empresarial aragonés Costa y que recogía el testigo de Tecnyconta como patrocinador del equipo maño. Además de preciosa, los aficionados podían presumir de que su piel era 100% aragonesa ya que junto a Casademont, Mercury era la encargada de diseñar las indumentarias. La presentación se hizo por todo lo alto en el complejo de Puerto Venecia con la presencia de parte de la afición, y con modelos de auténtico lujo: Justiz, Fran Vázquez y Barreiro. Las prendas no decepcionaron, tres modelos con los colores corporativos del club y un skyline con los monumentos más representativos de la ciudad: la Basílica del Pilar, la Torre del Agua y el Palacio de Congresos.

No me preguntéis el por qué, pero Thompson es uno de esos jugadores que a pesar de no haber sido una estrella, se les tiene cariño. Llegó a la NBA con un aurea de interior prometedor, fue la doceava elección del draft por parte de los Sacramento Kings, a los que llegaba tras un periplo universitario magnífico, siendo uno de los tres jugadores que promedió un 20-10 junto a Durant y Fazekas. Sus dos primeros años fueron positivos, promediando números que presagiaban un jugador interior muy válido para la NBA pero tras su tercer año sus estadísticas empezaron a bajar y la figura de Jason se fue desvaneciendo de la rotación. Tras siete años con los Kings, salió en busca de oportunidades pero tampoco pudo asentarse en Warriors y Raptors, por lo que hizo las maletas en dirección a China, para terminar aterrizando en el viejo continente de la mano de Fenerbahce y Zaragoza. Aquí podrá reencontrase con su hermano Ryan, otro trotamundos europeo.




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