La temporada 2018-19 es de grato recuerdo para los taronjas, fue el año en el que lograron su cuarta Eurocup, en esta ocasión ante el ALBA Berlín de Aíto, ampliando la distancia con sus perseguidores en el palmarés global. Para su competición fetiche los valencianos estrenaron una tercera equipación bastante particular y engañosa, digo engañosa en el buen sentido porque a primera vista parece blanca pero es un degradado rosa palo, con una franja negra en el lateral que tampoco es negra, es un verde oscuro. Para la presentación de las tres indumentarias se promocionó un acto en l'Alquería, así de paso se aprovechaba el primer aniversario del complejo deportivo creado por Valencia Basket, el club reunió a las dos plantillas de ACB y Liga Femenina que además actuaron de modelos, y se invitó a gran parte de la cantera convirtiendo el acto en una gran fiesta. Los diseños fueron idénticos para ambos equipos, tanto masculino como femenino, eso cambiaría para el siguiente año.
De ser dos veces el Rising Star de la Eurocup a ser líder histórico de la competición en varias categorías: valoración, puntos, faltas recibidas... y con solo veintinueve años. Como cualquier montenegrino que destaca en su liga, fue captado por las redes del Buducnost, allí junto a otros jugadores como Radovic comenzó su idilio con la segunda competición europea. En 2012 llegó a Valencia, donde se ha consolidado como una de las mayores estrellas del baloncesto europeo, y aún sin terminar su carrera podría decirse que ha devuelto con creces la confianza que Valencia Basket puso en él. Bajo su liderazgo el club ha logrado dos Eurocup, una Supercopa y la ACB del 2017 de la que fue MVP. Tal es su nivel que en la selección podría decirse que ha sido la referencia interior por delante de jugadores como Vucevic. Por suerte para los valencianos ya ha declarado varias veces que por sus venas corre sangre taronja, por lo que el hard rock seguirá sonando en la Fonteta.
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