miércoles, 16 de enero de 2019

España - Nikola Mirotic

Hoy estáis de suerte, en lugar de un friki como yo, hoy la entrada la escribe un escritor de verdad. Oscar Antón, ex-jugador aficionado, ex-entrenador aficionado, con ínfulas de escritor (interesados aquí). Coleccionista de camisetas, zapatillas, comics, pelis y más objetos inservibles y maravillosos.


Hace ya más de una década que un joven mocetón de dos metros se alojaba en un colegio de un pueblo madrileño, captado para el Real Madrid y su cantera. Allí, en las horas muertas, entre entrenamientos y clases mataba el tiempo con un balón en las manos. Porque Mirotic asociaba su figura al balón de baloncesto. Y le daba igual entrenar con sus compañeros de la entonces LEB bronce que con el equipo de benjamines de la escuela. Nunca era mal momento para botar, tirar a canasta y ensayar fintas o pivotes. Con él habían llegado otros jugadores, también procedentes de la zona de los Balcanes, aunque se dejaban ver con menos por las instalaciones, el sobrino de Igor Rackocevic, del mismo apellido que su tío y el croata Bogdanovic, hoy en Indiana. No está mal, de tres jugadores captados, hoy dos de ellos están en la mejor liga del mundo.

La trayectoria de Mirotic es conocida, paso por las inferiores del club blanco, y temprano debut con el primer equipo (con Plaza como entrenador) creando una gran expectación entre la afición madridista, llegando a ser generalizado su apodo como “mirlo blanco” depositando en el montenegrino grandes esperanzas para el futuro. Esperanzas que fueron cumplidas a medias, ya que si bien fue uno de los bastiones del equipo de Laso, no logró ganar la ansiada Euroliga, y su marcha posterior a Chicago creó cierto escozor y desilusión entre la afición que lo idolatró.

Su temprana nacionalización le permitió jugar con la selección española, primero en torneos de cantera y posteriormente en la absoluta. Y acá podemos contemplar esta maravillosa camiseta con publicidad cervecera (si, ya sabemos que sin alcohol, ninguna camiseta es perfecta, y no iba a ser menos la publicidad) y de la marca china li-ning. Marca que a mí particularmente no me trae buenos, recuerdos, ya que tanto camisetas, como ropa y zapatillas eran (y son) de un estándar de calidad bastante más bajo a lo que estamos acostumbrados en Europa, si bien quedará en la memoria nuestra y el de toda la afición como aquella camiseta que acompañó varios años a la mejor generación baloncestística que la ha vestido, Mirotic incluido. Eso sí, esa memoria irá indisolublemente unido a las pelotillas que a las dos días de comprarla se formaban en la totalidad de la camiseta… quieras o no, era también un símbolo distintivo de la marca china.

Pese a perderse algún que otro campeonato y protagonizar verano sí, verano también, la polémica ya clásica de elegir entre él e Ibaka, esta camiseta representa ya una de las etapas profesionales del montenegrino, al igual que cuando jugaba en chanclas contra un benjamín en Getafe. Gran jugador, y gran zamarra la que nos presenta el amigo David.

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