Los Angeles Clippers - Quentin Richardson

No corrían buenos tiempos para los Youngest Clippers de Odom, Miles y cía, pero al menos se divertían con una plantilla que daba espectáculo. Así que aprovechando el tirón el hermano pobre de Los Angeles estrenó camisetas alternativas para la temporada 2002-03, por primera vez incluyeron el logo del equipo en la parte delantera del cuello, rescataron el azul en honor a los tiempos pasados por la franquicia como Braves en Buffalo, también querían homenajear a la plantilla del 1986 que fue la primera de su historia que vistió una camiseta con la ciudad de Los Angeles cruzando el pecho de los jugadores en diagonal. Sincermente, no parecía una idea muy innovadora cuando sin ir más lejos en el barrio de enfrente, los Lakers ya habían llevado camisetas similares de la mano de Jerry West y Elgin Baylor, y con mucho más éxito cabe decir. Finalmente se desharían de ellas en la temporada 10-11, en la que la llegada de Chris Paul les haría dar el salto de calidad que necesitaban.

Quentin Richardson sabe bien qué es enfrentarse a las adversidades del camino, de bien joven superó la muerte de abuela, madre y hermano en menos de ocho meses, una experiencia que lleva grabada con tinta en la espalda. Desde entonces se prometió triunfar en la mejor liga del mundo, y lo logró, tras superar unos primeros años de diversión con su pandilla pero sin éxito ninguno, llegó a los Suns del "7 seconds or less" en los que se convirtió en campeón del concurso de triples, aunque la alegría duró un año, llegaron los Knicks y con ellos el declive, hasta el punto de llegar a ser traspasado cuatro veces en menos de dos meses (no os perdáis esta entrevista sobre el tema). Luego llegó el retiro, sin embargo siguió ligado a las pistas de la mano de los Pistons que vieron en él un directo de desarrollo y posteriormente convertilo en scout, un Q-Rich más asentado que ya no celebra canastas con sus puños contra la frente pero mucho más maduro, y si no, que os lo cuente él.