El equipo de moda también puede vanagloriarse de tener una de las camisetas más recordadas de la NBA. Los por entonces San Francisco Warriors la vistieron durante 5 años (1966-71) incorporando símbolos típicos de la ciudad como el Golden Gate y sus icónicos tranvías. Conocida como "The City" este jersey ha servido de inspiración para diseños posteriores: la reedición de Warriors sustituyendo el nombre de la "City" (San Francisco) por el "Town"(Oakland); los uniformes del All Stars 67' fueron calcados; los afiliados de los Warriors en la D-League, los San Diego, cambiaron el slogan por "Surf City". Tal fue su éxito que Al Attles, antiguo jugador y entrenador Warrior, comentó en una anécdota que en el estreno de la camiseta contra New York todos tenían miedo de quitarse la chaqueta de calentamiento por llevar "The City" en el pecho y que el público se los comiera ante tal reivindicación. Pero todo lo contrario, fue un éxito total y la masa aplaudió enfervorecida. 2018-19 significará el regreso de los Warriors a San Francisco... ¿Otra nueva etapa de este clásico?
RICK Barry. Os aclaro lo del nombre porque en esa época no se llevaba estampado a la espalda así que Reebok lo mantuvo para que sus Hardwood Classic mantuvieran su fidelidad. Debería también explicarlo porque hay más Barry que hayan llegado al baloncesto profesional, sus cuatro hijos: Brent, Jon, Scooter y Drew. Rick fue un Kobe de otra generación, talento a raudales pero tenía también una gran capacidad para generar odio, tanto en rivales como compañeros. Una auténtica máquina de anotar que aún sigue en el top25 histórico de realizadores. Único jugador en ser máximo anotador de la NBA, ABA y NCAA, casi nada. Un seguro desde los tiros libres con porcentajes alrededor del 90% gracias a su tiro de cuchara. Disputó dos etapas con los Warriors en las que se hizo con un anillo (y MVP de la final), aunque dejando conflictos a su paso al abandonar la NBA por los Oakland Oaks de la ABA. Un cambio aseguraron por motivos económicos pero que se entiende (o no) al saber que su suegro sería su nuevo entrenador. Aún así esta camiseta cuelga hoy en día en el Oracle Arena.
RICK Barry. Os aclaro lo del nombre porque en esa época no se llevaba estampado a la espalda así que Reebok lo mantuvo para que sus Hardwood Classic mantuvieran su fidelidad. Debería también explicarlo porque hay más Barry que hayan llegado al baloncesto profesional, sus cuatro hijos: Brent, Jon, Scooter y Drew. Rick fue un Kobe de otra generación, talento a raudales pero tenía también una gran capacidad para generar odio, tanto en rivales como compañeros. Una auténtica máquina de anotar que aún sigue en el top25 histórico de realizadores. Único jugador en ser máximo anotador de la NBA, ABA y NCAA, casi nada. Un seguro desde los tiros libres con porcentajes alrededor del 90% gracias a su tiro de cuchara. Disputó dos etapas con los Warriors en las que se hizo con un anillo (y MVP de la final), aunque dejando conflictos a su paso al abandonar la NBA por los Oakland Oaks de la ABA. Un cambio aseguraron por motivos económicos pero que se entiende (o no) al saber que su suegro sería su nuevo entrenador. Aún así esta camiseta cuelga hoy en día en el Oracle Arena.
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