El 4 de julio es el Día de la Independencia de los Estados Unidos es una jornada de celebración para todos los norteamericanos, pero no os preocupéis, aquí estoy yo para cortarles el rollo con una de las camisetas más infames del USA Team. Por un lado, me parece uno de los mejores diseños que han tenido, era prácticamente el mismo modelo que la usada en el también infame Mundial de Indianápolis quitando las estrellas laterales. Sin embargo, la primera impresión se quedó en eso, en una mera impresión porque la camiseta quedó estigmatizada tras los JJOO del 2004 en Atenas. Venían escarmentados del fracaso de 2002, además los yankees siempre se han tomado la cita olímpica como la más importante del panorama internacional, pero esa motivación no sirvió y acabaron logrando un paupérrimo bronce, con una sonrojante derrota contra Puerto Rico, la primera desde que seleccionaban a los profesionales, y para más inri, con la camiseta roja que veis.
No me quiero meter en ningún fregado hablando de qué lugar en la historia ocupará James cuando termine su carrera, de lo que sí quiero hablar es de su lugar en la sociedad, o al menos de la importancia de su figura en la cultura yankee. Sus inicios ya eran un presagio de la popularidad que alcanzaría, uno de sus partidos de instituto contra Oak Hill fue retransmitido a nivel nacional, y su portada en SLAM junto a Telfair es una de las más icónicas. Hablando de revistas, es mítica también la portada de Vogue junto a Gisele Bündchen que fue tan polémica por asemejarse al póster de la película de King Kong. Una vez asentado en la liga, además de ser uno de los emblemas deportivos y publicitario de la liga (ha liderado la venta de camisetas hasta en seis ocasiones), es también uno de los estandartes de los jugadores como vicepresidente de la NBPA. Por poner una pega, solo le falta mejorar su labor en el ámbito social, visto su incidente con Hong Kong.
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