No es la primera vez que hablamos de Wibo, pero no me canso de felicitar a la marca madrileña por la cantidad de diseños e iniciativas que ha tenido este año. Con el Estudiantes femenino ya nos descubrieron este maravilloso modelo dedicado a la ciudad de Madrid, pero creo que se han superado con la versión masculina. Con la idea de conmemorar los famosos levatamientos del 2 de mayo, el Estu recuperó la edición Madrid para los partidos contra Valencia y Fuenlabrada, buscando así su particular levantamiento deportivo. La camiseta se diferencia de su homóloga femenina en los colores centrales, pasando del negro a tonalidades azul marino, o como dicen ellos, azul marino del cielo nocturno de la capital. Bajo el lema "de Madrid al cielo", la camiseta representa las raíces y monumentos más representativos de la ciudad: el oso y el madroño, las cuatro torres, el icónico neón de Schweppes... La calidad técnica del tejido es brutal, y por si fuera poco, edición limitada.
Hablando de raíces, Barea estaba destinado a llegar a la ACB debido a las suyas, parte de su familia es leonesa por lo que no extraña que ya hubiera tenido escarceos con nuestra liga antes de entrar en la NBA y durante el lockout de 2011. Sin embargo, su desembarco ha tenido que esperar varios años, primero debutó en la liga boricua para marchar después a un college menor en USA. No tuvo suerte en el draft y tuvo que labrarse un contrato en las ligas de verano, lo consiguió con Dallas pero su primer año lo alternaría con la D-League. Pocos aficionados de Dallas se imaginarían que aquel pequeño puertorriqueño sería clave en el anillo de los Mavs, siendo titular y aportando puntos al equipo de Nowitzki. Salió de Dallas para disputar tres buenas temporadas en Minnesota, aunque volvería al equipo tejano hasta su salida definitiva de la liga. Finalmente las raíces han tirado y ahora JJ puede visitar Ribota de Sajambre, localidad de la que son naturales sus abuelos.
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