París llevaba años siendo uno de las ciudades que más rumores acaparaba en cuanto a una posible inversión financiera para llevar a un club a la élite. En 2018 el rumor se hizo realidad a medias, un grupo de ejecutivos, entre los que se encontraba el exgerente de los Wolves David Kahn, tramitaron la compra de la licencia del Hyères Toulon Var Basket, posibilitando así la entrada del club parisino en la Pro B, segunda división francesa. Nacido en 2013 de la unión de tres clubs, el Paris Basketball tenía como objetivos a corto plazo el ascenso a la Pro A y consagrarse como una de las futuras potencias del país galo, sin embargo de momento no han logrado ni lo uno ni lo otro. Lo que sí que han conseguido potenciar es su imagen, y es que desde su primera temporada, la 2018-19, lanzaron este homenaje al Año Nuevo Chino mediante esta camiseta, iniciativa que repitieron también en 2020 ¿El motivo? El club tiene su estadio situado en mitad del barrio de Chinatown.
Si eres un auténtico fan de la NBA, y además peinas canas, es probable que te suene el apellido Kellogg, y no por los cereales. Nick Kellogg es hijo de Clark Kellogg, exjugador de los Pacers, donde fue uno de sus jugadores más destacados hasta que una lesión crónica de rodilla le obligó a retirarse prematuramente. Nick es uno de sus tres hijos, a diferencia de su progenitor no ha podido desarrollar una carrera en la mejor liga del mundo, se formó en Ohio (junto a DJ Cooper y Maurice Ndour) completando los cuatro años de ciclo universitario, pero no atrajo la atención de ningún scout NBA. Su primera opción fue probar suerte en la G-League, pero su primer contrato apenas duró cuatro días, así que hizo las maletas hacia Europa. Inició su experiencia en nuestro continente en la liga georgiana, una liga menor, tónica habitual en su trayectoria: Polonia, Finlandia en dos ocasiones, y otras dos en la segunda francesa con Chorale y París. De tal palo, tal... o no.
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