La temporada 2019-20 quedará en la memoria de toda la humanidad por motivos extradeportivos, pero para el Delteco GBC comenzaba con el objetivo de asaltar de nuevo el ascenso a la ACB. Para ello presentaron esta equipación en el barco Ciudad de San Sebastián junto a Eneko Picavea, periodista guipuzcoano. Tanta exaltación patria tenía un motivo, la nueva zamarra llevaría la silueta de la provincia, un recurso mucho más original que el manido skyline de una ciudad random que tan de moda está en los últimos años. El cambio de indumentaria venía acompañado de un cambio más global puesto que en dicha temporada se renovó toda la imagen corporativa, la intención era crecer dentro de su provincia como marca, para ello dejaron de lado el color verde usado otros años para dar más protagonismo al azul y naranja. Hasta el parón los objetivos estaban cumplidos, campeones de la Copa Princesa y colíderes LEB, ahora solo queda esperar que se ratifique su ascenso.
En Gipuzkoa podrían impartir un máster sobre cómo ascender a la ACB, hasta en tres ocasiones (sin contar esta última) han logrado el ansiado retorno, y en esos tres ascensos hay un denominador común: el apellido Úriz. Ricardo ha sido uno de los emblemas del club vasco en los últimos años, eso nos lleva al jugador de la camiseta de hoy, Mikel Úriz, hermano menor del primero. La trayectoria del hermano mayor llevó a Mikel a plasmar el segundo apellido familiar en su camiseta y así crear su propia historia en el club. A pesar de lo contado, el mediano de los Úriz tiene una carrera notable, sobre todo en LEB donde se ha consagrado como uno de los mejores bases de la liga, siendo literalmente el mejor en la temporada 2014-15. También incursiones en ACB aunque no fueron igual de satisfactorias e incluso salió del país para disputar un año en Le Havre, cumplió pero aún así regreso a España para guiar a Delteco a un nuevo ascenso ACB. Sin Úriz no hay paraíso en Gipuzkoa.
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