Nueva Zelanda - Kirk Penney

Lo de Nueva Zelanda es curioso porque sin ser un país de gran tradición baloncestística tiene una cami bastante reconocible, no goza de un gran palmarés y su mayor éxito fue el sorprendente cuarto puesto logrado en el Mundial del 2002, nada fácil de conseguir por otra parte. Gran parte de la culpa de esa fama de la camiseta la tiene el rugby, el deporte rey en las antípodas, los All Blacks son unos de los emblemas del país y eso se refleja en el resto de deportes en la isla. En basket los neozelandeses se hacen llamar los Tall Blacks, obviamente visten totalmente de negro, excepto en el Mundial del 2014 que se incluyó en las franjas laterales el Cyathea dealbata (helecho plateado por si no sabéis latín), otro de los símbolos de la cultura maorí tan presente en las islas. Salvo por esa modificación, los kiwis no han variado apenas el diseño desde que Peak tomó la responsabilidad de vestirles en 2009. A todos esos ingredientes hay que sumar el componente mediático que les otorga la haka que hacen en la previa de cada partido oficial.

Kirk Penney, junto a Sean Marks y Pero Cameron ha sido uno de los grandes representantes que ha tenido el baloncesto kiwi en las últimas décadas. El escolta ha dejado su impronta en varios lugares del mundo, desde Fuenlabrada, donde era una auténtica metralleta, a Tel Aviv, donde la afición del Maccabi le animaba a pesar de rendir por debajo de las expectativas generadas. Penney ha respirado deporte desde pequeño, literalmente, creció practicando rugby como su hermano Rodd, que ahora se dedica profesionalmente, aunque finalmente se decantó por el basket y decidió formarse en la Universidad de Wisconsin con los Badgers, allí conoció a su actual esposa, que también ha sido jugadora profesional de volley, una familia a la que quiere dedicarse después de una vida en las pistas. Ya en 2014 dejo de vestir (ésta) la camiseta de los Tall Blacks, ahora cuelga las botas definitivamente y qué mejor forma de homenajearle por parte de sus compañeros que con una haka al finalizar su último partido oficial con los New Zealand Breakers.