miércoles, 25 de marzo de 2020

BC Astana - Alexandr Zhigulin


Todos conocemos como mínimo un club kazajo, como máximo, conocemos uno también: BC Astana. Debe ser uno de los clubs más jovenes de mi armario, nacido en 2011 con el soporte del gobierno puesto que su fuerza económica proviene de un fondo de inversiones nacional, incluso más adelante se renombrarían como Astana Presidential Club para pasar a formar parte de un club multidisciplinar al que también pertenece el famoso equipo de ciclismo. Desde el momento de su creación se convirtieron en los dominadores de la competición, gracias en parte al expolio que le hicieron a los Astana Tigers, los campeones indiscutibles hasta la llegada del nuevo club. En sus indumentarias, salvo alguna excepción, siempre han vestido de azul cielo y amarillo, los colores de la bandera del país, y siempre apareciendo un estampado que representa el arte y las tradicionales cultures de Kazajistán. Esta corresponde exactamente a la temporada 2015-16 en VTB League.

Zhigulin es otro de los innumerables casos de talentos que han sido reclutados por el mero hecho de tener una altura por encima de la media, en su caso, no estaba ni familiarizado con el baloncesto ni con sus reglas, es más, a él le gustaba el volley. Sin embargo, al poco de ser localizado, se convirtió en la mayor promesa del país y tras destacar con la selección en un torneo asiático fue recaptado por las redes del Barça. En el palau compartió equipo con jugadores como Hezonja, Paulí, Hakanson y Marc García, aunque no pudo seguir los pasos de sus compañeros y no llegó a la ACB. Paradójicamente, tras tampoco destacar en Huesca pasó de segunda división a la VTB League e incluso alguna competición europea de la mano de Astana. En su tierra natal ha encontrado acomodo, tanto que ha pasado de jugar de cuatro a cinco, aunque eso suponga parecerse menos a su ídolo Terence Morris, jugador del Barça mientras Zhigulin daba sus primeros pasos en la cantera.

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