Ser el equipo de moda en Europa estos dos últimos años no ha evitado que se cumpliera la máxima del merchandising FIBA: sobriedad. Cuando digo sobriedad quiero decir que no se rompen el coco a la hora de diseñar camisetas. Echando la vista atrás a las camisetas de Anadolu, uno se da cuenta de que en los últimos cuatro o cinco años el modelo apenas ha variado, con especial mención a los dos últimos años, en los que directamente no ha cambiado. Aún así, os puedo asegurar que pertenece a la temporada 2018-19, año en el que fueron subcampeones de Euroliga. Y ni con ese tirón decidieron vestir un nuevo uniforme (aunque hicieron una excepción), es más, a inicios de 2018 para dar al club una apariencia más moderna se rediseñó el logo: una estrella con una llama simbolizando el esfuerzo de sus jugadores. Otras novedades fueron añadir el blanco en la parte superior de los tirantes y cambiar la publicidad trasera, ambos cambios casi inapreciables.
Que el Efes sea uno de los equipos de moda se debe a que tiene a uno de los jugadores de moda. A sus veinticinco años Micic explotó en Turquía, aunque siempre se había sospechado de su talento, había quedado encasillado en un jugador de rol y no en la estrella en la que se ha convertido. A pesar de ser todavía joven, ya tiene una carrera de aproximadamente diez años, debutó en Mega Vizura, el equipo de Raznatovic, allí vivió a la sombra de otras estrellas como Jokic o Marjanovic, a pesar de la compañía se labró una fama de jugador con proyección. Eso lo llevó a Munich, sin embargo la cosa no terminó de funcionar y su carrera se estancó, también perjudicado por algunas lesiones importantes. Tras un par de aventuras en Estrella Roja y Tofas, llegó a Kaunas y comenzó a demostrar su verdadero potencial llevando al Zalgiris a una inesperada F4. Ahora en Efes, se ha convertido en una estrella internacional, como su hermana Nina, snowboarder profesional.
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