Si hay una camiseta con el sello de identidad de los Nuggets, es esta, porque quizás la arco iris es ahora la más famosa y utilizada, pero desde luego esta es mucho más identitaria. Antes de adoptar su famoso nickname, los de Denver eran conocidos como los Rockets, pero su entrada en la NBA en la que ya estaba presente Houston, les obligó a encontrar un nuevo apelativo. Pusieron en marcha una encuesta popular y el resultado fue rendir homenaje a los otros Denver Nuggets, equipo de 1948 nombrado así por la fiebre del oro en Colorado y que apenas sobrevivió dos años. Además, tiene un componente histórico porque fue la última camiseta que usaron en la extinta ABA durante la temporada 1975-76, al año siguiente ingresaron en la NBA y simplificaron su diseño hasta la llegada de Alex English y la icónica rainbow. Hasta en dos ocasiones los Nuggets la trajeron de vuelta, en 2004 de la mano de Reebok en color azul y de nuevo en 2012, blanca y ya con Adidas a los mandos.
La carrera de Carmelo es cuanto menos extraña, un jugador ofensivamente excelso que auguraba un futuro similar al de otros contemporáneos como Wade y Lebron (y Milicic, que no se olvide), sin embargo, conforme pasaron los años se fue labrando una fama de jugador egoísta que era incapaz de lograr éxitos colectivos, hasta el punto de estar sin equipo estos últimos tiempos. Aunque repentinamente a sus 35 años, su carrera ha dado un giro, los Blazers le han dado una oportunidad y él ha correspondido con unos números que le han valido el premio a jugador de la semana, galardón no exento de polémica por haber jugadores con mejor rendimiento. Lo que no cambia con el transcurso de los años es su repertorio anotador, un auténtico dominador de la media distancia desde el poste y letal más allá de la línea de tres, cada verano lo demostraba. Como demostró en sus inicios que también podía vivir en las alturas, eso seguro que no lo volveremos a ver.
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