Imagina que el draft te ha dejado la oportunidad de escoger a uno de los jugadores más mediáticos de las dos últimas décadas, un chico al que se le vaticina un puesto entre los 10 mejores de la historia, otro supuesto sucesor del inigualable Michael Jordan. ¿Qué harías? Pues lo que hicieron los Cavs, tirar de marketing y estrenar camiseta coincidiendo con la llegada de Lebron James a la liga, que durante su estancia eligió el 23 en honor a Jordan antes de pasarse al 6 en honor a Erving. Desde 2003 a 2010, los años más exitosos de la franquicia, vistieron esta equipación inspirada en la elástica lucida en los años 70 recordada por la hazaña conocida como "El milagro de Richfield", de ahí que recuperaran los colores vino y dorado. A pesar de llegar a una final de la NBA y a otra de conferencia, también será recordada por la polémica marcha de James que provocó que muchos de los fans de Cleveland quemaran sus camisetas en público.
Quien nos ocupa también fue una gran estrella de instituto, Dajuan Wagner logró anotar 100 pts durante un partido. Habitante de una de las ciudades más peligrosas de toda USA, Camden, consiguió evitar el crimen a través del basket. Suerte tuvo al poder seguir los pasos de su padre, Milt Wagner, que fue campeón con los Lakers en el 88. Cuenta Dajuan, que debe su explosividad a jugar 1vs1 contra su progenitor con la restricción de no más de dos dribblings por ataque. A su habilidad, había que sumar una buena lectura de juego en el puesto de 1, pero las lesiones truncaron ese posible dúo: desgarro de cartílago, deshidratación, vejiga infectada... que acabó desembocando en una grave colitis ulcerosa y extirpación de colon. Tal era la magnitud de sus lesiones que Calipari revocó su beca en el college para que aprovechara y ganara la máxima fortuna posible antes de su retiro. Un intento de volver al profesionalismo en Polonia y otro en 2014 mediante la ABA que no fructiferaron fueron las últimas noticias sobre él.
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