Angelico Biella - Edgar Sosa

Allá por la segunda década de los 2000, Kappa era una de las marcas que apostaba por el baloncesto en la Lega. Sin embargo, en mi opinión, no cuidó el producto como debía, solo hay que ver su apuesta por las camisetas de tirante ancho que hacen la prenda bastante incómoda, sumadle una fuente realmente sosa, valga la redundancia, y para colmo, ni la propia marca colocaba el dorsal correctamente a la hora de plancharlo. Como si el modelo funcionara, el diseño de la camiseta apenas variaba de un equipo a otro (ejemplo aquí), por lo que no atraía mucho a potenciales compradores e inevitablemente tuvieron que hacer una liquidación de producto dejando las camisetas en apenas 20€. La de la imagen corresponde exactamente a la temporada 2010-11, cuando el Pallacanestro Biella todavía militaba en la Lega y su denominación era la de Angelico Biella, el patrocinador más longevo de su historia permaneciendo del 2005 al 2017. Ahora disputa la Lega Due bajo la nomenclatura de Edilnol Biella.

Neoyorkino de origen dominicano, Edgar Sosa ha pasado por Italia, España, Irán, Rep. Dominicana, Puerto Rico, Israel, Francia, Nueva Zelanda y Alemania, nueve países desde 2010. Una carrera bastante ajetreada pero en equipos de prestigio y con títulos de por medio, algo impensable para Sosa que a finales de 2011 sufrió una terrible lesión de tibia y peroné con la selección dominicana (el pobre Horford ya ha visto dos con la de Hayward). Además de la lesión, Sosa tenía el agravante de que estaba sin contrato, y suerte tuvo de que la federación costeó la operación, pero tras dos años salió del calvario logrando un contrato con Blancos de Rueda Valladolid. A pesar de la lesión, el dominicano gozaba de buena fama, había cumplido su ciclo universitario en Louisville (coincidiendo con jugadores como Samardo Samuels, Kuric o Peyton Siva) pero no logró ser drafteado, por lo que hizo las maletas hacia Biella, donde tuvo un año más que sobresaliente. El resto es historia, tres ligas, una Eurocup, una copa... y sobre todo, superar una lesión devastadora.