Hablamos de una de las sociedades polideportivas históricas de los años sesenta en Europa, el Athliki Enosis Konstantinoupoleos, AEK para los amigos. La K de Konstantinoupoleos se refiere a Constantinopla (actual Estambul), ciudad de la que llegaron refugiados griegos a Atenas para fundar el club durante la guerra greco-turca. Es lógico que decidieran apostar por el negro y el amarillo como seña de identidad, colores vinculados al imperio bizantino. Por añadir más datos históricos, el AEK es uno de los pocos equipos que no ha descendido nunca de la primera división griega, además la de baloncesto es la primera sección del club en conseguir un título continental. Sus equipaciones siempre se han caracterizado por llevar el águila bicéfala, otro símbolo bizantino. Fila ha sido la encargada durante los últimos años de vestir a los atenienses, y aunque no me acaba de gustar el corte, como punto positivo hay que decir que es una de las marcas más asequibles del mercado.
Pops Mensah Bonsu será siempre recordado con cariño por los aficionados del CB Granada, para los anales de la historia quedará el único partido que disputó con los nazaríes y que se ha contado en infinidad de ocasiones. Pops nació en un barrio inglés donde aficionarse al fútbol es lo habitual, desarrolló un físico perfecto para el baloncesto, así que cruzó el charco para formarse en la universidad George Washington. Su objetivo era hacerse un hueco en la NBA y lo logró, sin embargo sus apariciones fueron esporádicas, en cuatro años en la liga tan solo pudo disputar sesenta y un encuentros con estadísticas muy escasas. Compatibilizaba la NBA con la D-League, llegó a ser MVP del All Star en 2007, y múltiples experiencias en Europa: Benetton, Penya, Granada, CSKA, Asvel, Besiktas, Cajasol... y la lista sigue, porque había temporadas en las que llegó a competir para cinco equipos distintos. Ahora prosigue su carrera en los despachos de franquicias G-League.
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