Nike se caracteriza en muchas ocasiones por usar el mismo modelo para los clubes que participan en una misma condición, ya sea en NBA, selecciones o en Euroliga. Un ejemplo es la temporada 2005-06, final del torneo en la que se encuentran CSKA y Maccabi, pero también la vistió Cibona por ejemplo (la veremos por aquí). La camiseta es preciosa, eran los primeros años de la firma americana con el conjunto macabeo, aún perduraba la mítica publicidad de Elite que pasó a mejor vida con Fox. Pero tiene una pega, un tejido muy pesado, sobre todo cuando sudas, y eso es un problema porque la camiseta es match worn y acaba siendo un lastre para el jugador, además todo viene impreso por lo que con un par de lavados se va desgastando. Como curiosidad añadir que la camiseta lleva los logos de Euroliga y la Ligat Winner simultáneamente, en el logo continental se puede apreciar el año 2005, era la forma en la que el vigente campeón se distinguía del resto de equipos.
Regev Fanan nunca tuvo problemas con el peso de la camiseta, básicamente porque no llegaba a sudarla. Hijo del legendario Moni Fanan, secretario técnico del equipo durante más de 15 años y que posteriormente se suicidó, Regev siempre tuvo un papel testimonial en el conjunto amarillo. Pasó allí seis de sus ocho años de efímera carrera, retirándose a los 27 sin apenas minutos de juego y sin haber entrado en juego en la mayoría de sus partidos en Tel Aviv, para que os hagáis una idea, consiguió poco más de 100 puntos en el global de todas sus temporadas. Lo lógico era dar un paso al lado, y lo hizo, abandonó las canchas para dedicarse a la preparación física, y aunque nunca dio la talla como jugador era muy querido por la cúpula del club (además de su padre, su hermana también trabajó en el equipo y actualmente ejerce en los Canton Charge de la G-League), por lo que le dieron la oportunidad de comenzar con el equipo juvenil. Más tarde promocionó al primer equipo y desde entonces se ha mantenido en el staff técnico de los hebreos.
Regev Fanan nunca tuvo problemas con el peso de la camiseta, básicamente porque no llegaba a sudarla. Hijo del legendario Moni Fanan, secretario técnico del equipo durante más de 15 años y que posteriormente se suicidó, Regev siempre tuvo un papel testimonial en el conjunto amarillo. Pasó allí seis de sus ocho años de efímera carrera, retirándose a los 27 sin apenas minutos de juego y sin haber entrado en juego en la mayoría de sus partidos en Tel Aviv, para que os hagáis una idea, consiguió poco más de 100 puntos en el global de todas sus temporadas. Lo lógico era dar un paso al lado, y lo hizo, abandonó las canchas para dedicarse a la preparación física, y aunque nunca dio la talla como jugador era muy querido por la cúpula del club (además de su padre, su hermana también trabajó en el equipo y actualmente ejerce en los Canton Charge de la G-League), por lo que le dieron la oportunidad de comenzar con el equipo juvenil. Más tarde promocionó al primer equipo y desde entonces se ha mantenido en el staff técnico de los hebreos.
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