Lagun Aro Bilbao - Richard Scott

¿Os imagináis a Movistar patrocinando a otro equipo que no sea el Estu? Pues esto ocurrió, pero con distintos protagonistas, y es que entre los años 2004 y 2007 el Bilbao Basket estuvo patrocinado por Lagun Aro, compañía de seguros que luego daría nombre durante varias temporadas a sus vecinos de Gipuzkoa, el actual Delteco. Esta fue la primera camiseta que vistió el club bilbaíno de la mano de Lagun Aro, prenda que traerá buen recuerdo al aficionado de Miribilla puesto que fue la del debut en ACB cuatro años después de haber sido fundado. En aquella época los colores oficiales eran el rojo, negro y blanco, pero el rojo daba ya sus últimos coletazos como color principal en las camisetas y ese sería su penúltimo año, después llegaría la famosa campaña de los Hombres de Negro. La equipación blanca, en contra de la tónica habitual (quizás heredada de la NBA), se vestía para los partidos como visitante. Curiosamente, para este año 2019, el club ha presentado unas nuevas camisetas en honor a la ciudad que tienen un diseño muy parecido a este.

Richard Scott es uno de esos americanos que dejó huella entre principios de los 2000 y finales de los 90. Venía de completar el ciclo universitario con Kansas junto a otros futuros NBA como Ostertag o Scott Pollard, con los Jayhawks llegó a dos F4, ambas perdidas (una vs Grant Hill). A mitad de ciclo tuvo el honor de competir con USA (junto a estrellas como Finley o Stoudamire) en la Universiada de Buffalo, allí conquistó el oro contra la Canadá de Nash. A pesar de estos éxitos colectivos, no gozó de oportunidades en la NBA y tuvo que hacer las maletas hacia la liga EBA, el resto es historia, más de diez años de carrera en ACB con solo un impasse cuando las liras turcas llamaron a su puerta. Y todo eso lo logró siendo un pivot que no llegaba a los dos metros de altura, aunque la falta de centímetros la suplía con agresividad y tesón con creces. Quizás esa fuerza y agresividad le venía de familia, donde su padre había practicado boxeo e incluso el propio Richard había combatido en sus años mozos antes de probar el baloncesto.